lunes, 14 de agosto de 2017

“Seda” de Alessandro Baricco

Seda Baricco¡Buenos días, lectores! ¿Qué tal estáis? Hoy os traigo un libro diferente y único. Se trata de Seda de Alessandro Baricco ¿Por qué es distinto? Bien visto, es un tomo como todos los demás. Tiene un planteamiento, un nudo y un desenlace, pero cómo se desarrollan estos, es lo que hace que este ejemplar sea especial.

Podría considerarse que Seda no es una novela, ni siquiera un cuento, pero sí una historia. Si tengo que resumiros este texto comenzaría hablando de un hombre, Hervé Joncour, vendedor de gusanos de seda que atraviesa medio mundo, cuya crónica termina en un lago permaneciendo absolutamente inmóvil. Contradictorio, ¿verdad?

Pero esto es sólo el principio de lo mucho que quiero contaros de esta maravillosa obra.

Me parece muy importante ubicar temporal y espacialmente este libro. Al tratarse de un tomo cuyo desarrollo tiene lugar en un periodo histórico diferente al actual, es importante mencionarlo. La trama sucede en un pueblo francés llamado Lavilledieu, a mediados del siglo XIX. Hay que tener en cuenta que la Revolución Industrial en este país se realizó de una forma más paulatina respecto a la inglesa, ya que se modificaron de forma gradual sus técnicas de producción. Por otro lado, el protagonista es un hombre que viaja a lugares tan dispares como Egipto o Japón, pero claro, los medios de transporte en 1860 condicionan temporalmente tanto la partida como su regreso. A su vez, el autor menciona los talleres de producción de seda, aunque no habla de la maquinaria, ni sus mecanismos como tal. Dentro del marco histórico, el autor menciona a un personaje francés muy conocido de ese periodo, cuya labor fue clave para el desarrollo de la ciencia.
Una vez dicho esto, quiero destacar un número importante de aspectos.

El libro se estructura en 65 capítulos muy breves, cuya extensión no superan, los más largos, las dos hojas. Me he fijado que en ciertos capítulos, al final del mismo, aparece una breve frase, escrita prácticamente en verso, que cuenta un hecho determinado. El capítulo siguiente, enlaza esa frase final explicando de una forma más meticulosa y profunda (dentro de la brevedad) dicha información. Este aspecto tan llamativo no sucede en todos los capítulos, pero existe una importante relación a lo largo de la trama por lo que al lector le va a picar la curiosidad y va a querer leer más.

Por otro lado, los primeros capítulos del libro hablan del personaje y su actividad económica en el pasado. Más adelante la trama se desarrolla en el presente (1861) y a partir de ahí comienza a contar la historia en tercera persona del singular a través de un narrador omnisciente en tiempo pasado. Esta narración tiene una evolución y un desarrollo muy claros, pero es una historia que sucede de forma lenta, la interacción entre los personajes es muy peculiar, de hecho se podría decir que es ligera y suave como la seda, tanto que a veces te deja con ciertos dilemas. Tengo que decir que es la segunda vez que he leído este tomo, y esas dudas quedan más o menos resueltas… Ese misterio e incertidumbre otorga un gran atractivo a esta novela.

Otro aspecto muy importante dentro de esta historia es la descripción, pero no de los personajes, sino de otros elementos tales como lugares o la vestimenta. Una vez que terminé de leer Seda me hice una pregunta: ¿Y cómo es físicamente Hervé Joncour? Sí, es muy atractivo, pero ¿cómo es? ¿Es alto? ¿Es delgado? ¿Es moreno? Yo me hice una imagen mental de cómo podía ser este protagonista, pero me ha pasado con muchos de ellos, a excepción de las tres mujeres claves de esta novela, cuyo autor realiza una descripción muy somera de ellas. Un aspecto que me ha llamado poderosamente la atención es la forma en la que Baricco narra, como una letanía ligeramente variable, los lugares por los que Hervé pasa tanto en su viaje de ida y vuelta a Japón. Se supone que un viaje es emocionante, con sus escalas y paradas. En Seda parece que esos desplazamientos son mero trámite, los kilómetros son cifras y las fechas son algo inamovible.

Como he mencionado anteriormente, en esta historia apenas se sabe cómo son físicamente los protagonistas, pero el autor nos deleita con un retrato psicológico perfecto de cada uno.

El personaje principal, como he mencionado anteriormente, se llama Hervé Joncour. Es un hombre de mundo, realiza viajes a los rincones más inhóspitos, contando lógicamente con los medios que disponían a mediados del siglo XIX. Se supone que este aspecto debería hacer de él un hombre vivaz, atrevido, fuerte… Pues no. Joncour es un hombre que como dice el autor: “prefiere asistir a su propia vida y considera improcedente cualquier aspiración a vivirla”. Es un persona sin iniciativa alguna, su trabajo fue decidido por otro personaje (del que ahora os hablaré) y es alguien acomodado a una vida sin alteraciones, ni altercados. Si os digo la verdad, inicialmente este personaje me provocó un intenso rechazo, un hombre que no disfrutaba de la vida y que se dejaba influir tanto por los demás, me provocaba urticaria… Pero algo sucede a nuestro protagonista que provocará un cambio tan intenso, que ni él mismo se reconocerá. Ahí comienza lo interesante.

Otro protagonista en este libro se llama Baldabiou. Es un hombre previsor, inteligente, conocedor de lugares e historias. Es quien decide el destino de Hervé, lógicamente con el beneplácito de éste. A pesar de sus numerosas luces, es un personaje con ciertas sombras y curiosidades que se descubrirán en el libro.

Por último y no menos importante, dentro de los personajes, destaco las mujeres de esta narración, ya que sin ellas Seda no tendría sentido. Aunque en la contraportada del libro relate que: “se podría decir que es una historia de amor”, para mí, en este ejemplar hay más de una historia amorosa, donde los silencios, los deseos, las frustraciones y los dolores se mezclan y protagonizan una trama en la que todo se realiza y se baila suavemente, adquiriendo gran importancia los símbolos.

Como os he dicho antes, inicialmente tanto el personaje principal como el libro en sí, me provocaron cierto rechazo. Es muy probable que al estar acostumbrada a otros géneros con ritmos narrativos más rápidos (es lo malo de leer tanta novela negra, histórica o de aventuras) leer un tomo donde los personajes y la trama eran tan lentos, todo era tan velado, tan suave y ligero que me ponía de los nervios. Pero, ¡ay, amigos! Hubo una frase en esta obra que me abrió los ojos y pude comprender tal y como se merecía la suavidad y la quietud que esta novela nos ofrece, disfrutando de su ritmo sutil y delicado.

Me uno al grupo de personas que hablan y siguen manifestando su admiración ante esta obra maestra. Si no lo habéis leído no perdáis el tiempo y de esta forma disfrutaréis de un libro muy corto, pero con un intensidad única.

Feliz día a todos. Nos seguimos leyendo. ^^

- Ediciones y precios del libro

Tapa blanda (ANAGRAMA, 2011, 128 págs): 8'90 €
Tapa dura. Edición ilustrada. (LUIS VIVES; EDELVIVES, 2013. 201 págs): 28'90 €
E-book (ANAGRAMA, 2016): 5'99 €

- El autor

Alessandro Baricco es un escritor, dramaturgo y músico italiano nacido en Turín el 25 de enero de 1958. Tras licenciarse en Filosofía y estudiar Piano, sus primeros escritos fueron ensayos de crítica musical, centrándose en la relación entre la música y la modernidad. Colaboró como crítico musical en publicaciones como La Repubblica y La Stampa, y fue presentó varios programas en Rai Tre. Ha escrito y dirigido varias obras de teatro.

Seda Baricco


Publicó su primera novela, “Castelli di rabbia” (“Tierras de cristal”), en 1991, pero fue su obra “Seda” (1996) la que realmente le granjeó éxito crítico y comercial a nivel internacional. Varias de sus novelas han sido adaptadas al cine, y ha obtenido numerosos premios, entre ellos el Premio Médicis en 1991 por “Tierras de cristal” y el Premio Viareggio en 1993 por “Océano mar”.

En 1993 fundó una escuela literaria en Turín, a la que llamó Scuola Holden en honor al personaje principal de “El guardían entre el centeno” de Salinger. Es notoriamente tímido con la prensa, llegando a promocionar su libro “City” (1999) exclusivamente por Internet. En 2003 realizó una versión leída de “City” junto con el grupo musical Air, en el disco City Reading (Tre Storie Western).

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